Fionnuala Ní Aoláin, relatora especial sobre la protección de los derechos humanos en la lucha contra el terrorismo terminó este lunes una visita a la base naval de Estados Unidos en Guantánamo, donde conoció a algunos de los detenidos y pudo observar que todos viven con daños constantes como consecuencia de prácticas sistemáticas de entrega, tortura y detención arbitraria, según reporte de ONU Noticias.
Al témino de visita, Ní Aoláin explicó en un comunicado que “para muchos [detenidos], la línea divisoria entre el pasado y el presente es sumamente delgada y las experiencias pasadas de tortura viven en el presente, sin un final evidente a la vista, en parte porque no han recibido una rehabilitación independiente, holística o adecuada”.
La experta dio cuenta de mejoras importantes en las condiciones de reclusión, pero expresó grandes preocupaciones por la detención continua de 30 hombres y la arbitrariedad sistemática que caracteriza su día a día, que conlleva “inseguridad, sufrimiento y ansiedad a todos, sin excepción”.
Agregó que, pese a la gravedad y naturaleza de los daños físicos y psicológicos actuales de muchos detenidos, la infraestructura implica una vigilancia casi constante, extracciones forzadas de celdas, uso indebido de restricciones y otros procedimientos operativos arbitrarios que no cumplen con los derechos humanos.
Entre otras transgresiones de las garantías fundamentales, citó deficiencias en la atención de salud, acceso inadecuado a la familia, y detención arbitraria caracterizada por constantes violaciones a los juicios justos.
“El conjunto de estas prácticas y omisiones tiene efectos acumulativos y agravantes sobre la dignidad y los derechos fundamentales de los detenidos, y equivalen a un trato cruel, inhumano y degradante continuo”, apuntó.