Próceres en defensa del presente: La República TV desata una ola viral con historia, humor y crítica social

Cultura01/07/2025Francisco CaceresFrancisco Caceres
Historia y Humor con Propósito_Mesa de trabajo 1
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Lo que comenzó como una publicación conmemorativa el pasado 24 de junio —Día de la Batalla de Carabobo— se ha transformado en una auténtica ola viral que atraviesa generaciones, plataformas y causas. Desde su cuenta en Instagram, el medio juvenil La República TV logró encender la conversación pública con una serie de piezas gráficas donde próceres, pensadores y personajes históricos venezolanos rompen el silencio, irrumpen en la contemporaneidad y hablan como si estuvieran vivos… pero más despiertos que nunca.

Simón Bolívar, José Félix Ribas, Teresa Carreño, José María Vargas, Pedro Camejo, Andrés Bello, Manuelita Sáenz y hasta la Universidad Central de Venezuela alzan la voz —con ironía, amor o rabia— para cuestionar los dilemas actuales del país. No desde la nostalgia, sino desde una narrativa disruptiva que mezcla rigor histórico con crítica social.

Un 24 de junio que no fue como los otros

Ese día, las redes amanecieron con un carrusel inesperado. Bolívar, Páez, Miranda, Sucre y Negro Primero aparecieron en un formato ágil y juvenil lanzando frases punzantes que confrontaban a los usuarios desde el humor:

“Yo unifiqué cinco repúblicas. Tú no puedes ni poner de acuerdo a tus amigos para ir a la playa.”

“Con 24 años gané la Batalla de Ayacucho. Tú con 24… aún vives con tu mamá y le pides que te dé para el delivery.”

La respuesta fue inmediata. En menos de una semana, las publicaciones superaron los 238.000 visualizaciones y más de 21.600 likes, con miles de comentarios espontáneos:

“Épico”, “Buenísimo esto”, “La UCV, la casa que vence y vencerá la sombra”, “Soy la hija de Bolívar. Pero la hija floja, perdóneme pa’”.

Del humor a la resistencia: la universidad habló

Lo que pudo quedarse en un buen chiste evolucionó rápidamente. En plena polémica nacional por la eliminación de los mecanismos autónomos de ingreso universitario, La República TV redobló la apuesta:

“Yo soy más vieja que el Estado, y este ahora viene a decirme cómo entran o no mis futuros estudiantes”, se leía en una imagen donde la UCV hablaba por sí sola.

A su lado, José María Vargas recordaba que no aceptó la presidencia sin antes consultarlo con su universidad. Francisco Antonio Rísquez advertía que “la universidad no debe ser apéndice de ningún poder”, mientras Mariano Picón Salas alertaba sobre la uniformidad de un sistema que desconoce vocaciones. Incluso Bolívar reaparecía, afirmando: “Fundé universidades para romper cadenas… y tú vienes a encadenarlas.”

La comunidad universitaria lo recibió como un acto de resistencia simbólica. Egresados, estudiantes y docentes compartieron las piezas como herramientas de denuncia y memoria.

 El orgullo también tiene historia

Durante la semana del orgullo LGBTIQ+, las imágenes cambiaron de color, pero no de intensidad. Manuelita Sáenz, Pedro Camejo, Josefa Camejo y Ezequiel Zamora fueron resignificados desde la dignidad y la valentía:

“Yo amé a Bolívar sin pedir permiso. ¿Y tú pretendes dictarle reglas al amor ajeno?”, reclamaba Manuelita.

Pedro Camejo respondía: “Luché por la libertad. ¿Y ustedes encierran el amor como si fuera delito?”

Los comentarios no se hicieron esperar: “Tantas verdades del pasado llevadas a la actualidad”, “Magnífico, sigan así”, “Valientes”. En pocos días, las piezas se convirtieron en banderas visuales de igualdad y visibilidad.

Una generación harta del adultocentrismo

El tono desafiante también abordó otros dolores. José Félix Ribas recordó que enfrentó a un ejército con puros jóvenes, y hoy “ni les quieren dar empleo porque les falta experiencia”. Andrés Bello, por su parte, cuestionó la xenofobia con una frase certera: “Yo les escribí su Código Civil y ahora me salen con que ‘los de afuera son un problema’. El único problema es su falta de lectura.”

Cada frase iba directo al pecho. Una pedagogía de la irreverencia.

Más que viral, una forma de contar el país

Lo que ha logrado La República TV no es solo viralidad. Es una narrativa joven, inteligente y sin panfletos, que demuestra que la historia —cuando se narra con creatividad, memoria y osadía— puede educar, movilizar y empoderar. En tiempos donde el poder impone, la censura avanza y la desesperanza se expande, estas piezas gráficas se han convertido en pequeñas trincheras digitales de reflexión, crítica y pertenencia.

La historia no está muerta. Está hablando. Y no habla sola: habla con las voces de quienes con creatividad estimulan el posicionamiento de temáticas relevantes para el espacio cívico

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