Después de perder los dos primeros juegos de la serie en casa, las críticas no se hicieron esperar para un Henry Blanco; que como manager, venía de perder dos Grandes Finales de manera consecutiva -una al mando de Tiburones (2022-23) y la otra con estos mismos Cardenales (2023-24).
Sin embargo, hizo los ajustes pertinentes en la alineación y sus dirigidos se encargaron de hacer el resto del trabajo en el terreno, para terminar alzando el título.
"Para volver en esta serie hacía falta un corazón como el que mostró este equipo. Era cuestión de tiempo para que se nos diera en una final", dijo el capataz en declaraciones recogidas por José Ángel Rodríguez de LVBP.com. "Tener acá a mis seres queridos, ejemplifica el apoyo más importante de todos. Esta alegría es compartida entre muchos".
Pasaron por adversidades
Cabe destacar que estos mismos Cardenales que están ahora celebrando su séptimo título, llegaron a ser penúltimos en la ronda regular a mediados de noviembre, pero Henry Blanco siempre confió en sus muchachos y las piezas que iban llegando con el transcurrir de la temporada le dieron un vuelco a la realidad de Cardenales de Lara para transformarlo de un equipo casi sotanero al de mejor récord, y que no se detuvo hasta decir presente en el Round Robin y consecuentemente en su séptima Final en nueve años.
Por otro lado, los ‘pájaros rojos’ debían sacarse esa etiqueta de subcampeones, de hecho, de las seis anteriores habían perdido cuatro; incluyendo tres de 2017 a 2021.
"Se acabo la espera, estoy demasiado contento. Este es un logro de equipo y de familia", expresó el estratega a IVC Networks. "Todos queremos ganar, pero también hay que motivar a los muchachos, y ese es el trabajo más difícil que hay que hacer… obviamente hay que salir (a jugar), pero fuimos el mejor equipo toda la temporada y ahora lo estamos demostrando".
Fuente: Líder en Deportes